Armar un Plan de Vida

¿Qué se necesita para armar un plan de vida?
1. Entender que es un proceso
Todas tus metas no se cumplirán la próxima semana, ni siquiera en el siguiente año. Dependerá fundamentalmente de los plazos que manejes, pero un plan de vida suele abarcar grandes períodos que establecen tus metas más importantes. Los puntos finales no existen en este caso, sino que las ideas van tomando forma con los acontecimientos que suceden. El plan es una guía que cambiará con el paso del tiempo y se alineará a tus vivencias en cada momento.
2. Conocerse a sí mismo
Deberás tomarte un tiempo para pensar cuáles son tus fortalezas y tus debilidades, además de tus máximas aspiraciones personales y profesionales.Anota el concepto que tienes sobre ti para saber cómo empezar a planificar de acuerdo a tus mayores necesidades o expectativas. Piensa qué objetivo persigues en cada fin que marcaste como fundamental en tu vida, si realmente te hace feliz y cómo lo alcanzarás.
3. Ser curioso
La curiosidad es la mejor herramienta de acción porque mantiene alerta al cerebro, intrigándolo sobre el descubrimiento que está a punto de realizar y las posibilidades que conlleva. Nacemos con una capacidad de asombro que vamos perdiendo con el correr de los años, lo cual es negativo cuando se llega al punto de naturalizar cada situación que vivimos porque le restamos valor. Sin curiosidad, no somos capaces de plantearnos metas interesantes.
4. Visualizar
Es fundamental saber hacia dónde te diriges para decidir qué medidas concretas te llevarán hasta allí. Explora tu mente para establecer dónde te ves en un año, en cinco, en diez, en veinte o en el lapso de tiempo que elijas. Un buen ejercicio es comenzar por periodos amplios e ir acercándote a tu estado actual para determinar metas a corto plazo.
5. Descomponer objetivos
Si tu meta para el próximo quinquenio es obtener un título de posgrado, piensa en las pequeñas acciones que te lo permitirán, como mejorar tu nivel de inglés, tener un par de años de experiencia laboral o ahorrar el dinero suficiente para pagarlo. A partir de estos objetivos concretos, afínalos aún más hasta obtener acciones que puedes implementar desde ahora. Obtendrás metas anuales, mensuales y diarias que serán fáciles de seguir.
6. Analizar los obstáculos
Examinar los problemas que se presentan cuando estableces un objetivo específico, te ayudará a enmarcar tus acciones para pensar una alternativa que te permita sortearlos o en su defecto, atravesarlos de la mejor manera posible. Los planes jamás salen como están estipulados porque siempre surgen inconvenientes, por eso es importante preparase pensando cuáles son las posibles piedras con las que puedes tropezar.
7. Integrar evaluaciones
La única forma de saber si vas por el camino correcto, es integrar evaluaciones en el plan de vida. Te ayudará a cambiar el rumbo cuando una acción no está arrojando los resultados esperados ni está teniendo consecuencias positivas aunque sean imprevistas. Podrás modificar la intensidad de una medida si el plazo establecido se acerca y no notas grandes cambios. Es importante que además de prestar atención a lo que no va bien, celebres tus logros para impulsarte a continuar alcanzando metas y en especial, disfrutando del proceso.

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